Ahora ya no estás. Ahora sólo sueño
dormida y cuando despierto, simplemente recuerdo… recuerdo que aquellos días Tú
fuiste protagonista indiscutible de cada uno de mis sueños.
Aprendí mucho contigo, de ti y de mí. Escuché que para dejar huella hay que quedarse un poco en lo que se hace. Siento como si me hubieses regalado
la parte más mágica de tu compañía y se hubiera quedado a vivir conmigo.
De nuevo todo quedará en eso, en un envidiable recuerdo. Me quedará
siempre la dulce duda de qué hubiese sido. Quizá esta sea la mejor
manera de eternizarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario